Una de las formas en las que los ecuatorianos demostramos el orgullo por nuestro país es regalando, consumiendo, utilizando y compartiendo productos ecuatorianos, tanto dentro como fuera de Ecuador.
Para muestra solo hay que fijarse en el terminal terrestre o en el nacional del aeropuerto de Quito, en quienes llevan bolsas de determinada panadería para saber que se dirigen a Guayaquil o Manta, yo misma he sido testigo, instigadora y cómplice del tráfico nacional de dulces de corpus, bocadillos, tamales, bizcochos, empanadas de morocho y alguna vez por encargo y aterrada de que se riegue, de cebiche de cangrejo. Sin contar con la popularidad que alcancé mientras estudiaba en España gracias al café, chocolates, cerámica y un sinnúmero de productos más que compartía con amigos, compañeros y profesores.
Pero el verdadero valor de esos productos ecuatorianos de los que estamos tan orgullosos no está solamente en la magia de provenir de la mitad del mundo, del país más megadiverso del planeta, o de nuestro pedacito de cielo, no, el verdadero valor está en que todos esos productos son elaborados por ecuatorianos, con el cuidado, tradición, creatividad y experiencia de nuestras manos, de nuestras mentes, de nuestro espíritu, de ese espíritu que nos hace luchadores y que nos empuja a crear, a experimentar, a perfeccionar para salir adelante, para mostrar nuestra mejor cara, para sentirnos orgullosos de lo que hacemos y de lo que somos.
Detrás de cada producto hay muchos ecuatorianos que forman parte de su cadena de valor, y son ellos a los que debemos cuidar, a los que debemos estimular para que sigan dando lo mejor, para que se sigan esforzando, para que estén orgullosos de lo que hacen y para que ese orgullo se refleje en mayor productividad, lealtad y satisfacción, porque cuando amamos lo que hacemos, cuando ponemos pasión en nuestro trabajo, eso se nota y se refleja positivamente para la marca o empresa de muchas maneras.
Es por eso que la satisfacción con el ambiente laboral tiene un impacto tan significativo en la productividad de los empleados y en la rentabilidad de las empresas, no solamente por el ahorro en términos de rotación de personal, sino por el hecho de que empleados satisfechos con su ambiente laboral generalmente están más motivados, comprometidos y dedicados a su trabajo, por lo que lo cuidan más, y eso se refleja entre otras cosas en su productividad, pero también en la satisfacción de clientes que reciben mejores productos y servicios, lo que a su vez genera una mayor lealtad y mejores recomendaciones.
Cuidar de nuestra gente no es tan difícil, no se trata únicamente de otorgar incentivos económicos para que los empleados den lo mejor de sí, un buen ambiente laboral va más allá de aspectos monetarios, hace que vayamos contentos a trabajar, que representemos con orgullo a nuestra empresa. Es por eso por lo que toda empresa debería implementar programas de reconocimiento para sus empleados, con objetivos y metas claros que se ajusten a la cultura y valores corporativos.
Algunas sugerencias de expertos para los programas de reconocimiento laboral incluyen:
- Evaluaciones de desempeño, planes de crecimiento y formación.
- Fomento al trabajo en equipo y la colaboración.
- Políticas flexibles y expectativas de futuro.
- Encuestas de clima laboral periódicas.
- Planes de reconocimiento y recompensa del buen desempeño.
- Juegos y concursos para mantener la motivación.
Eso y mucho más que deberíamos tomar en cuenta ya que el mayor capital de una empresa es su gente, esa gente de la que estamos orgullosos, esa gente que permite que nuestras marcas crezcan y que representan a lo mejor del Ecuador.
¡Mucho mejor! Ecuador respalda que las empresas y marcas que llevan el sello de La Huella tienen buenas prácticas laborales con sus colaboradores. Si aún no tienes el sello, visita aquí para ver si apruebas y lo puedes implementar en tus productos.
Cecilia Ugalde Sánchez