¿Qué hacen los buenos escuchas?

Hoy sabemos que la comunicación efectiva es un factor fundamental para las buenas relaciones personales y laborales e incluso contribuye a mejorar la producción y el entendimiento dentro de las empresas, pero, cuanto de lo que nos dicen en verdad escuchamos para comprender y no para responder. Hoy en este blog te invitamos a descubrir qué hace un buen escucha y lo que no.

Para comenzar rompamos algunos mitos, se cree que una buena escucha se basa en 3 aspectos:

  • No hablar mientras otros se expresan.
  • Hacer saber a los demás que estamos escuchándolos mediante expresiones faciales, sonidos verbales y contacto visual.
  • Ser capaz de repetir lo que otros han dicho, palabra por palabra.

Sin embargo, diferentes investigaciones han descubierto que estas acciones quedan cortas al momento de describir la manera correcta de escuchar.

Jack Zenger y Joseph Folkman, CEO y Presidente de Zenger Folkam una consultoría de desarrollo del liderazgo en sus investigaciones han descubierto algunas cualidades fundamentales de un buen escuchador.

  1. La buena escucha va más allá que mantenerse en silencio mientras el otro habla; es una comunicación bidireccional, se deben realizar preguntas que fomenten la información y la comprensión, no está mal cuestionarla ligeramente siempre y cuando sea de una manera constructiva y no de crítica.

Formular una buena pregunta indica al orador que quien escucha no solo escucha, sino que comprende con la suficiente claridad para pedir más información.

  • La experiencia debe ser positiva para el que habla; se debe incluir interacciones que desarrollan la autoestima del orador para que este se sienta apoyado y en confianza, creando un entorno donde los problemas y las diferencias puedan discutirse abiertamente.
  • El buen escuchador convierte la experiencia en una conversación cooperativa; la retroalimentación de ambos lados es vital para el crecimiento y la ampliación del conocimiento para profundizar vía alternas, el que sabe escuchar puede cuestionar y discrepar, haciendo que el escuchado se sienta ayudado y no que se está tratando de ganar una discusión.

Los buenos escuchas amplifican la información, la estimulan y clarifican, por supuesto hay diferentes niveles de escucha y estos mejorarían si nos enfocáramos en ampliar nuestra habilidad para escuchar.

Nivel 1: Se crea un ambiente seguro para debatir los problemas espinosos, complejos y emocionales.

Nivel 2:  Se eliminan distracciones como artefactos digitales, se centra la atención en la otra persona y se mantiene un adecuado contacto visual.

Nivel 3: Trata de entender la esencia de lo que la otra persona dice, identifica sus ideas, haz preguntas, reformula el problema para confirmar que haz entendido bien.

Nivel 4: Atento al lenguaje no verbal; se estima que más del 80% de lo que uno trasmite es a través de expresiones faciales, corporales como posturas, sudor, respiración, mirada, etc.

Nivel 5: Comprender las emociones y sentimientos de la otra persona con respecto al tema tratado, podrás identificar posturas y creencias.

Nivel 6: Haz preguntas que aclaren las suposiciones de la otra persona y le permita contemplar la visión de esta con una perspectiva diferente.  Sin apropiarte de la conversación.

Cada uno de estos niveles son un apoyo al otro, por eso es importante identificar tus puntos débiles y mejorarlos antes de que tus sugerencias puedan ser apreciadas, la idea siempre es dar energía, impulso, altura y progreso, porque hablando la gente se entiende.