Aval BPB, una solución para el canal HORECA

La situación que hoy vivimos en el país y el mundo nos lleva a buscar nuevas formas de mantener el equilibrio entre cuidar de nuestra salud física y mental, pero siendo igual o más importante reactivar la economía de nuestro Ecuador.

En este orden de ideas, Corporación Mucho Mejor Ecuador, en virtud de nuestros objetivos, y conscientes de los complicados momentos que la industria está atravesando, ha desarrollado el programa “Aval Buenas Prácticas de Bioseguridad (BPB)”, con el fin de apoyar a la reactivación segura del sector y del país en general.

El Aval BPB (Buenas Prácticas de Bioseguridad) genera confianza en las personas que asisten a establecimientos donde se ofrecen servicios, avalando las buenas prácticas de bioseguridad implementadas en estos locales identificados con el sello, para visibilizar que sus espacios son seguros y que los usuarios se motiven a acudir seguros a estos establecimientos.   

Para optar a conseguir el Aval BPB, no es necesario formar parte de Mucho Mejor Ecuador, al mismo pueden acceder las empresas del canal HORECA (Hoteles, Restaurantes y Cafeterías) y demás locales de prestación de servicio, que al someterse a una estricta evaluación logren asegurar el correcto cumplimiento de parámetros de higiene y bioseguridad, con el fin de precautelar la salud de colaboradores y clientes.

De igual manera, su adquisición se ha puesto a disposición de forma gratuita para todas las empresas portadoras de “LA HUELLA”, para que, de esta forma, puedan generar seguridad a colaboradores, proveedores y demás partes interesadas de su organización.

Los principales objetivos del Aval BPB son:

  • Garantizar la seguridad y salud de personas, productos e instalaciones de los diferentes establecimientos y negocios frente al riegos por exposición del COVID-19.
  • Promover una cultura de prevención en los establecimientos, convirtiéndose en una herramienta para generar una ventaja competitiva visible y remarcada.
  • Lograr la sostenibilidad de la organización avalada para cumplir su horizonte de planificación.

Los principales beneficios para los portadores del Aval BPB son:

  • Generará confianza y garantía a sus clientes.
  • La empresa estará capacitada para ejecutar sus operaciones en condiciones de higiene seguras para sus usuarios, considerando un plan de mitigación y contingencia de limpieza, higiene y desinfección.
  • El personal estará preparado para cuidar adecuadamente su salud y la de los clientes, evitar los contagios y reducir el ausentismo laboral.
  • Los colaboradores aprenderán a usar correctamente los implementos para mitigar el virus en la empresa, se establecerán controles estrictos y efectivos de limpieza y sanitización

El proceso para implementar el Aval BPB consta de cinco etapas.

Algunas de las empresas que han logrado obtener el Aval son: Cadena Oro Verde Hotels, DK Management Services, Piedra de Agua Fuente Termal y Spa, Homero Ortega, locales comerciales de Colineal Corp. y Club Terravalle. 

Este grupo de compañías, que está en constante crecimiento, ha apostado por este sello para garantizar la bioseguridad e higiene en cada uno de sus establecimientos tanto para colaboradores como usuarios, siendo parte fundamental de impulsar la economía para construir un Ecuador mucho mejor.

Cómo el Covid-19 ha transformado la forma de comprar

A medida que se envejece, aumenta el riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19. Por ejemplo, las personas en sus 50 años tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente que las personas en sus 40. Del mismo modo, las personas en sus 60 o 70 años, en general, tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente que las personas en sus 50. El riesgo más alto de enfermarse gravemente a causa del COVID-19 lo tienen las personas de 85 años o más. Hoy en día, según la página https://www.populationpyramid.net/, en Ecuador la población de personas de 65 años o más es 1.340.000 personas.

Las personas de cualquier edad con las siguientes afecciones tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19: cáncer, personas inmunodeprimidas, personas con índice de masa corporal de 30 o más, personas con diabetes mellitus tipo 2. En Ecuador, el 23% de las personas entre 20 y 59 años padece de obesidad, según el Programa Mundial de Alimentos; y la diabetes mellitus ya es la segunda causa de muertes en el Ecuador de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

Los datos presentados nos invitan a pensar que grandes segmentos de la población presentan condiciones que los hacen más vulnerables al COVID 19 y que, por tanto, pueden desarrollar trastornos de ansiedad que ya se están presentando en otros lugares del mundo, uno de los principales es la agorafobia. Las personas con agorafobia tienen dificultad para sentirse seguras en un lugar público, especialmente donde se reúnen multitudes. El miedo puede ser tan abrumador que es probable que sientan que no pueden salir de su casa.

Por ello, el desarrollo de nuevos canales de venta para nuestros productos llegó para quedarse, por ejemplo, durante el confinamiento, el 39% de las personas mayores de 65 años solicitaron la entrega a domicilio de alimentos no preparados, según un estudio de Advance Consultora,

 “Acceso” en lugar de “Plaza”

La plaza, una de las clásicas P del marketing, debe ser reemplazada por acceso. Cuando hablamos de acceso, nos referimos a la forma de utilizar nuestro producto en el momento y lugar adecuado.

Plaza, no es solo el lugar en donde estoy. Es la facilidad de acceso que les brindo a los consumidores. Este concepto tiene mucha relación con la multicanalidad, debemos pensar en ofrecer mayores posibilidades de acceso a nuestros productos: posibilidad de comprar por una app, por teléfono, recoger los pedidos sin bajar del automóvil, entregas a domicilio o en el lugar de trabajo, es decir “estar” cuándo, dónde y cómo debemos “estar”.

Luis Pástor Herrera

CEO Advance Consultora

Volver a la normalidad… ¿Después del COVID-19 o con el COVID-19?

En la actualidad, el tema de coyuntura mundial es la pandemia que ha aquejado al globo en los últimos seis meses.

Ecuador registró sus primeros casos a finales de febrero de este año, aunque la fuente es de discusión científica. Hablar de la responsabilidad del paciente 0, de las medidas que debió tomar el gobierno o de la culpa del país, en el cual se indica inició la enfermedad, queda de lado cuando no se ha logrado tomar responsabilidad, hábitos y medidas personales y familiares.

La pregunta que ronda a toda la población es: ¿cuándo se volverá a la normalidad? Y, mejor dicho, ¿cuál será la nueva normalidad?

Está claro que el virus ha venido para quedarse, al menos un par de años. Tras tres meses de parálisis de la economía, los ecuatorianos no aguantan más. El Estado necesita producir. Las arcas fiscales necesitan llenarse de tributos, fruto de la actividad operativa de sus habitantes. Diversas empresas han declarado la quiebra. Los despidos, los recortes salariales, los cambios de contratos y la zozobra laboral es el tema de los estudiosos. Los humanistas indican que no se debería sacrificar la salud y que se debería postergar el retorno a las actividades. Sin embargo, ningún extremo es ideal.

En sentido particular se considera que el equilibrio se encuentra en volver a actividades productivas, siempre y cuando se contemplen, respeten y cumplan las medidas preventivas. Esperar a que el virus desaparezca es un sueño imposible… la economía, el aspecto emocional y psicológico no permitirían tanto tiempo en este “encierro”.

Es necesario entonces definir cuál será la nueva normalidad. Para esto se indican las medidas estándares para diferentes rubros.

Las medidas de protección recomendadas son:

  • Nuevos hábitos sociales: es conocido que la distancia social (mínimo 1,5 metros entre un individuo y otro) es una medida eficaz para prevenir la transmisión. De la misma forma, evitar los acercamientos físicos es una forma de evitar la transferencia de partículas virales. A pesar de esto, el aspecto emocional debe prevalecer por el equilibrio sentimental que se requiere, con lo que hay que desarrollar nuevas demostraciones afectivas, que sean menos riesgosas sanitariamente hablando.
  • Uso de equipos de protección personal: mascarillas, trajes de protección (overoles o mandiles), cofías o cubrepelo. En lo personal, no se comparte el uso de guantes de ningún material, ya que existe la tendencia de considerar que el uso de los mismos exime el lavado de manos, siendo esta la medida por excelencia de prevención y control sanitario.
  • Higiene personal: lavado de manos antes y después de comer, al llegar a un lugar, al cambiar de actividad, antes y después de ir al baño, después de tocar partes corporales y fundamentalmente, tras manejar fluidos corporales.
  • Programas de limpieza y desinfección de instalaciones, equipos y utensilios: a este conjunto se le conoce como diseño sanitario. Se debe escoger los químicos a utilizar y, principalmente, dosis y modo de uso. La tendencia es el uso de amonios cuaternarios de quinta generación, aunque existen varios más eficaces. Es indispensable el no olvidar que el protocolo completo es limpieza (remoción de suciedad visible) y desinfección. Cada uno por separado no garantiza el objetivo previsto.
  • Protección del producto: se debe garantizar que los productos manufacturados, almacenados, distribuidos y servidos estén protegidos. No se debe correr el riesgo de que sirvan de vehículo al virus.
  • Programa de control de vehículos: los transportes de personal y mercaderías deben ser higienizados, desinfectados y de preferencia, tener períodos de vacío sanitario tras la limpieza, es decir de no utilización, por ejemplo, no uso de una furgoneta de transporte de personas durante 24 horas. Así mismo, deben respetarse las cargas de personas y materiales acorde a disposiciones oficiales.
  • Uso de medios de pago y documentación digitales: pagar con tarjetas, transferencia y canales digitales, minimiza el riesgo de contagio. Adicionalmente, el menor uso de papel para la documentación le dará un respiro al planeta, ambientalmente hablando.
  • Teletrabajo, telecapacitación, televisitas: la facilidad de los medios de comunicación, el uso del internet en 8 de cada 10 hogares, los planes telefónicos, las salas de conferencias gratuitas y la posibilidad de compartir información han permitido que se sigan realizando varias actividades laborales, sociales y educativas. Las rezagadas aulas virtuales a las cuales muchos eran escépticos son ahora los escenarios del aprendizaje sin barreras en el siglo XXI.

Cada vez serán más las empresas, los centros educativos y los servicios que busquen nuevos canales logísticos para dispensar sus productos. Actualmente, la ola del “delivery o a domicilio” ha logrado que varios hogares logren sustento al cambiar radicalmente su sector de actividad.

Se ha visto como el Ecuador, tierra de emprendedores, de productos de calidad, aquejada por la corrupción y los intereses personales pero impulsada por diecisiete millones de corazones, avanza, no se detiene y se proyecta para -tras esta crisis sanitaria, política, social y económica- volver a salir y progresar.

En un futuro, se espera que todas estas medidas sean parte de los hábitos personales. Aquellos niños y jóvenes, que están experimentando esta vivencia, la tomarán como usual. Y quienes ahora están intentando adaptarse y lo consigan con mayor rapidez, serán los agentes promotores de la nueva normalidad, triunfadores frente a los nuevos retos. Tendrán oportunidades de emprender, de crear, de avanzar.

Todos los grupos de interés dependen de la versatilidad: proveedores, clientes, consumidores, colaboradores, accionistas, autoridades, comunidad, academia están en el mismo papel… la mejora continua y la adaptabilidad.

Se dice que en los momentos más críticos es cuando nace la creatividad… es ahora que se debe demostrar.

Por: MVZ Estefanía Arízaga C MgSc